domingo, 18 de septiembre de 2011

Y aunque se pase toda mi vida, yo te esperaré.

Es muy fácil observar tranquilo como el que está a tu lado sufre, y pasa por el peor momento de su vida. Es más fácil salir corriendo, huir de todo, o encerrarse en una habitación a llorar. Pero cuando eres tú el que tiene la vida al revés, al que se le ha hundido todo, y ya no le queda nada. Ahí, la situación cambia. Y te das cuenta de que el ser humano no es perfecto, ni mucho menos. Que es muy difícil caminar por tu camino hacia el futuro si tropiezas continuamente con la misma piedra. Pero más difícil aún es si te empeñas en mantener tu orgullo alto, si te da igual los golpes que te des, y la sangre que derrames. Cuando tu vida se ha vuelto negra por completo, y cuando intentas mirar lo ves todo borroso, nada está claro. Cuando te cansas de buscar algo que no existe, ese túnel iluminado del que todos hablan que te lleva hacia la solución que te saque de ese pozo sin fondo. Es muy duro reflexionar, y llegar a la conclusión de que no sirves para nada; que hagas lo que hagas, te propongas lo que te propongas, todos tus sueños acabaran hundiéndose. Duele mucho mirarte al espejo y sentir que no eres nadie, no saber quién eres ni para qué has venido a este mundo lleno de seres idénticos entre sí, sin personalidad. Un mundo lleno de copias y copias iguales, que se dedican a humillarte día a día. En ese momento en el que darías lo que fuera por no ser tú, por ser cualquiera de los individuos que pasan por tu lado; todo se derrumba, y descubres que no te queda nada. Que no merece la pena seguir sufriendo sin ningún fin, cuando todo te sale mal. Que el plan A, B, C, y el abecedario entero no han salido como tú querías. Cuando la cruel humanidad se empeña en darle la vuelta a tu mundo, y ponerlo patas arriba. Ese pequeño y perfecto mundo que tenías planificado, y que era tu vida. Se empeñan en hacer que acabe de tu bonito sueño, del que basabas tu día a día, y del que no querías despertar. Y cuando se empeñan, lo consiguen. "Todo podría ser muy fácil", piensas. Pero las cosas no son así. Cada uno mira por su propio bien, y para que en cada acción que ejecute el único que saque provecho sea él.  Nadie mira por nadie, y nadie tiene compasión. La única verdad de esta vida es el egoísmo. Y todo el mundo lo tiene dentro de su corazón. Porque al fin y al cabo el humano ha nacido para hacerlo todo más difícil.


Ella es mi vida.

Quiero darte las gracias, tantas cosas que haces, no somos tan parecidas, pero a la vez somos iguales. Siempre sabré que tengo en ti, alguien en quien confiar. Ana, muchisimas gracias por todo. Tequieredemasiado: Patricia :)